Como es tradición, la mañana de la Asunción de María comenzó con el traslado de la imagen de la ‘Dormición de la Virgen’ desde la Capilla de la Virgen del Milagro ubicada en la calle Trinquete de Caballeros, portada por miembros del “Grup de Mecha”, representando a los doce apóstoles con ropajes de época. La recepción por el Arzobispo de Valencia, Cardenal Antonio Cañizares, en la Puerta de los Hierros y la ubicación de la imagen en el presbiterio.
Al mismo tiempo, los toques manuales realizado por los campaneros de la Catedral, que durante toda la jornada tocaron ‘a fiesta grande’ (una docena de veces desde el alba hasta el retorno de los canónigos después de la procesión vespertina). Sonaron cuatro campanas, ‘Vicente, Andrés, Jaume y Manuel’, con el volteo habitual.
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En su homilía, el prelado afirmó que “María vive en Dios porque es la toda santa, la llena de gracia, coronada por doce estrellas, es decir, por todo el pueblo de Dios, el antiguo y el nuevo, ella superó la muerta y está totalmente vestida de vida” y recordó que en este día “la Virgen nos dice ´tened confianza` porque vivió una vida de servicio, que entregó a Dios y a los demás, y así se llega a la vida verdadera”.
Por la tarde, tras la segundas vísperas cantadas por el cabildo catedralicio, iniciada por tabal i dolçaina, tuvo lugar la solemne procesión desde la Catedral hasta la Capilla de la Virgen del Milagro, presidida por el Deán Emilio Aliaga y portando la imagen los citados apóstoles.
Acompañaron a la Virgen miembros de la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Seo, con su presidente J. Musoles, junto con representantes del ‘Grup de Mecha’. Con un recorrido breve, por la plaza de la Reina, calle del Mar, plaza de San Vicente Ferrer y Trinquete de Caballeros, la procesión de la Asunción está considerada como la más antigua de la archidiócesis, datada en 1352.
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