Fotos: Félix Perona y Vicente Almenar.- Valencia volvió a vibrar con su Entrada de Moros y Cristianos, que cuenta casi las mismas ediciones que años el siglo XXI. Lo que comenzara como un experimento en una ciudad, la capital del Turia, que no contaba con una de las expresiones festivas más unidas a la historia del Reino de Valencia salvo por contadas y honrosas iniciativas de grupos de falleros desde los años ochenta, ha acabado haciendo raíces y hoy por hoy, la Entrada de Moros y Cristianos en Valencia el 9 d’Octubre constituye ya un acto consolidado y seguido por miles de personas.
Así, las inmediaciones del parque de la Glorieta congregó a cientos y cientos de comparsas que, con sus mejores galas, se dispusieron en la tarde da ayer a dar lo mejor de sí mismas en un desfile que ya es multitudinario. Desde la calle de la Paz a la altura del Parterre, pasando por la plaza de la Reina, la calle San Vicente y, por fin, la plaza del Ayuntamiento, gran cantidad de público llevaron en volandas a las más de 50 escuadras moras y cristianas y 2.000 personas entre festeros y festeras, portadores, bailarines y bailarinas y demás participantes.
La capitanía cristiana recayó en esta edición en la comparsa Coordinadora de Moros y Cristianos de Ciutat Vella con Valentín García-Casarrubios Biedma como capitán y la mora, ostentada por la comparsa Benicalapech y Jaime Chacón Orozco como capitán.
Cerrando la XVI Entrada de Moros y Cristianos desfiló la escuadra Huríes, compuesta por la Corte de Honor de la Fallera Mayor de Valencia de 2018 y con la propia Fallera Mayor de Valencia 2018, Rocío Gil Uncio, a la cabeza como cabo.
