Tras la víspera de la fiesta plena de actos festivos, en la soleada mañana del 9 de octubre tuvo lugar la procesión cívica con la Real Senyera desde el Ayuntamiento de Valencia hasta el Parterre. La emotiva bajada fue bajo los acordes de la Marcha Real, sustituyendo al Himno nacional que fue interpretado ya cuando se iniciaba la procesión. El portador fue el alcalde Joan Ribó, acompañado por la corporación municipal.
Debido a la resolución del ayuntamiento de no llevar la Real Senyera al Te Deum de la catedral, la comitiva realizó un recorrido más corto y con una destacada presencia policial, en un ambiente de gran crispación donde pudo verse en muchos momentos del trayecto a personas abroncando a las autoridades municipales por las recientes decisiones de modificar detalles importantes de una celebración festiva con tradiciones centenarias.
Ya en el Parterre tuvo lugar la tradicional ofrenda al rey don Jaime, colocando tres coronas de laurel en el pedestal de su estatua ecuestre. Posteriormente la Real Senyera retornó al ayuntamiento de Valencia.