Cada año, en vísperas de la Semana Santa, la Comisión Diocesana de Laicos del Arzobispado de Valencia organiza un Via Crucis por el centro histórico de la ciudad, en lo que se conoce como el distrito de Ciutat Vella.
Este año tuvo lugar el viernes 11 de marzo.Presidió el acto el Arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, acompañado del Vicario General de la diócesis Vicente Fontestad. También estuvieron presentes los párrocos de las iglesias que han aportado las imágenes este año, Juan Andres Talens (Cristo crucificado de San Miguel y San Sebastián) y Antonio Márquez (Virgen de los Dolores de Benifarió de Valldigna).

La Dolorosa de Benifairó de Valldigna por la calle del Miguelete en el Via Crucis de Ciutat Vella. Foto de Manolo Guallart.
Centenares de fieles se congregaron en la parte de la Basílica en la plaza de la Virgen donde comenzó el itinerario marcado por la tradicionales estaciones. Así, tras la monición inicial, citando la Bula del Jubileo Extraordinario de la Misericordia Misericordiae Vultus convocada por el Papa Francisco, el cardenal Cañizares invitó a los presentes a «dejarnos contagiar por esta misericordia…para mirar al otro siempre con amor…especialmente al que sufre, al que tiene necesidad de ayuda, al que espera una palabra o un gesto, al que no tiene esperanza, al que no conoce el amor».

Jesús Crucificado ante la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia. Foto de Manolo Guallart.
Primera estación: «Jesús es condenado a muerte». Y así hasta catorce paradas en el «Camino de la Cruz», con la cita bíblica en cada ocasión de un evangelista y una meditación para cada estación sobre una obra de misericordia, tanto espiritual como corporal. Un momento de silencio tras el canto final de estación, retomando el paso al ritmo de los tambores de la Banda de música de Alginet.
Cada convocatoria deja escenas gráficas de gran contenido emocional y artístico en plena vida. El Crucificado seguido a prudente distancia por su Madre Dolorosa, se detiene en la Puerta gótica de los Apóstoles de la Catedral Metropolitana, lo hace más tarde bajo la torre del Miguelete, se detiene ante la Puerta Santa del Año Jubilar del Cáliz de la Misericordia. Son momento de profunda reflexión que permiten al creyente interiorizar su fe en el Misterio de la Salvación en plena Cuaresma.
[quote cite='»Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre; Él, con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios».’ align=’right’]Papa Francisco, al convocar el Año de la Misericordia [/quote]
Plaza de la Reina, calle del Mar, Calle Avellanas…Nuevas meditaciones, reflexiones, canto espirituales que los feligreses de las parroquias del centro históricos y muchos otros participantes entonaban con solemnidad y respeto, actualizando la vigencia la celebración cuaresmal. Lo expresaba con gran acierto en cardenal Cañizares: «Hoy hemos venido a acompañar a Jesús a lo largo de su camino de dolor y de amor, el camino de la Cruz. Nunca estamos solos en este camino, Jesús está con nosotros». Él entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para soportarlo».

La Cruz llegando al término del Via Crucis de Ciutat Vella en la plaza del Arzobispo. Foto de Manolo Guallart.
El momento final a la puerta del Palacio Arzobispal, con el encuentro de Jesús en la Cruz y su Madre, la Virgen de los Dolores marcó la realidad de la noche: es el tiempo previo a la Semana Santa, los últimos pasos de una Cuaresma extraordinaria en el Año de la Misericordia. Gran labor la Vicaría de Evangelización y del Foro de Laicos, integrado por entidades cristianas que centran su labor en las áreas de familia, enseñanza, juventud, religiosidad popular, acción católica, acción social, sanidad, mundo obrero, mayores y apostolado en general; espacio abierto a todos los creyentes para crecer en la fe, la caridad y la esperanza de la Pascua.
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REPORTAJE FOTOGRÁFICO DEL VIA CRUCIS DE CIUTAT VELLA
