Se acerca el día grande de la patrona de Valencia y hay intenso programa de actos marcado en la agenda de todos los devotos. Pero en realidad la fiesta ya ha comenzado. Esta tarde, 6 de mayo, el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, ha presidido en la Basílica las Solemnes Vísperas, acompañado por el vicario general, el deán de la Catedral y el rector-prior de la Virgen.
Así, el prelado se ha trasladado desde la Catedral acompañado con el Cabildo catedralicio para compartir con el clero de la Basílica de la Virgen un bellísimo acto en honor a María. Se trata de una composición musical creada por José Climent, canónigo prefecto de Música Sacra, con la interpretación principal de la Escolanía, alternando en diversos momentos con el cabildo y el clero, uniéndose por única vez en el año Basílica y Catedral en torno a la Virgen de los Desamparados.
Tras la invocación inicial, el Himno que comienza con estas palabras: «Oh María, que acoges con amor las súplicas de los mortales, henos aquí, para implorar que nunca nos falte tu amparo…». Y suena con solemnidad el órgano en el primer piso frente a la Virgen de los Desamparados.
Antífonas, salmos, breves lectura de la Biblia, Responsorio, Cánticos como el Magnificat; más tarde una oración de invocación a Cristo Salvador ,con María Madre de la Misericordia como protectora de Valencia, precede al canto del Padrenuestro en latín.
En la parte final de la celebración, bellísimos Cantos a la Virgen. La Escolanía, infantiles voces blancas con sincera devoción a María, interpretan Gaudes, Salve Regina, Ave Maria, Monstra te esse Matrem.
La imagen original de la Virgen, a cuyos pies están San Vicente Ferrer y San Vicente Mártir, recibe la oración comunitaria vespertina en un templo bellísimo, preparado para unos próximos días plenos de alegría, emoción y fervor popular.