La Ciudad del Artista Fallero culmina un periodo de trabajo en los talleres de carrozas con la Nit de la puntxà.
Los artistas presentan a la Batalla de Flores sus últimas creaciones y esa tarde-noche los talleres permanecen abiertos en un ambiente festivo que se caracteriza por los últimos detalles en forma de flor.
La puntxà hace referencia a la forma de poner los adornos flores en los diseños artísticos de cada carroza. Es un trabajo manual, realizado por la familia y los colaboradores, con las flores tiernas que, colocadas con delicadeza y en el último momento, rematan un trabajo artesanal que será valorado por el jurado en el desfile por la Alameda.
Las Falleras Mayores y sus Cortes de Honor recorren los talleres y los artistas les explican los detalles y características del monumento floral, mientras todo sigue su curso hasta la culminación del trabajo en la madrugada.
Las calles centrales de la Ciudad Fallera acogen una cena al aire libre donde se congregan miembros de las comisiones falleras y de otras fiestas, así como las niñas y señoritas preseleccionadas hace pocos días en los Jardines del Palau. Es el momento de cenar -también lo hacen a la puerta de los talleres-, para más tarde bailar y divertirse frente a un escenario con música y ambiente.
Es la noche de la víspera de una batalla pacífica, con miles y miles de proyectiles, con clavellones. El premio gordo será en Barón de Cortes, la fiesta será para todos.