La Plaza del Ayuntamiento de Valencia, peatonalizada un domingo más, ha concentrado este soleado 16 de octubre un curioso binomio de actividades: la meta de la Volta a Peu Fallera y la celebración del Día Mundial del Pan que el Gremio de Panaderos de Valencia, con más de 550 años de historia, ha convertido en una muestra del arte ‘forner’ y degustación de sus delicias para todos los valencianos y valencianas que han querido pasarse por allí.
A tenor de la cantidad de personal que rodeaba la carpa habilitada al efecto, en el centro de la explanada ‘de les mascletaes’, el éxito de convocatoria ha sido total. Y observando las caras de satisfacción tras la cata ciudadana, el éxito ha sido completo. No es para menos, sabiendo y constatando en directo el buen hacer de los maestros allí congregados.
Una experiencia que, apoyada además en las demostraciones que algunos de los maestros ejecutaban ‘in situ’ del auténtico moldeado de masa madre, ha acercado a valencianos y valencianas un poco más al artesano que hay detrás de los panaderos de verdad, de ese gremio que, lejos de las masas congeladas y los experimentos químicos, siguen ejerciendo su arte gastronómico como hace más de cinco siglos -gremio fundado en 1462- adaptándolo con maestría a los nuevos tiempos, las nuevas exigencias y normativas.