Llena a rebosar más de una hora antes de la celebración eucarística, la catedral de Valencia vivió un testimonio de fe, esperanza y misericordia que será recordado.
Ayer, 28 de noviembre, la Valencia católica se congregó en el templo principal de la archidiócesis para despedir a Rita Barberá, que fue la alcaldesa de la tercera ciudad más importante de España durante casi cinco lustros.
Como bien expresó el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, en su homilía «que su muerte no sea para para división y el enfrentamiento sino para la concordia».
Más de tres mil personas, espacio reservado para los informadores de prensa, radio y cadenas de televisión en el lateral derecho del templo, retransmisión en directo y el «streaming» a través de la página web de la catedral de Valencia www.catedraldevalencia.es. Además estaban las pantallas de la catedral en las columnas laterales, permitiendo a todos los presentes captar numerosos detalles de la celebración.
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Presencia a destacar en la misa en sufragio de Rita Barberá: en los primeros bancos se encontraban sus familiares; el presidente del Senado, Pío García Escudero; el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, con su esposa Ana Botella; los ex presidentes de la Generalitat Valenciana Alberto Fabra y Francisco Camps; y los ex ministros José Manuel García Margallo y Jaime Mayor Oreja, entre otras personalidades.
Silencio y meditación ante las palabras del Cardenal, con su propuesta de “edificar una sociedad donde quepamos todos, que busquemos el bien de la ciudad más allá de intereses particulares, que no hagamos sufrir tan inútilmente a tantos con la mentira, juicios temerarios, odios y venganzas, o intereses que no reflejan el bien común, que apostemos de verdad, de una vez por todas y para siempre por el hombre, por la dignidad inviolable de la persona humana, singularmente de las más débiles”.
Y aún más: “Ésta es la gran lección, que reclama de todos respetuoso silencio, reflexión y abrirse a Dios, cuyo juicio, siempre sobre el amor y la misericordia, siempre es verdadero, justo y misericordioso”, ha destacado el Arzobispo de Valencia.
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Junto al cardenal Cañizares, sus tres obispos auxiliares, monseñores Esteban Escudero, Javier Salinas y Arturo Ros, el arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, Santiago García-Aracil, el vicario general de la diócesis, Vicente Fontestad, y decenas de sacerdotes. Y la Coral Catedralicia con su aportación musical solemne y sublime al tiempo.
Al término de la misa, una sobrina de Rita Barberá agradeció a los “miles de valencianos” que han ofrecido “muestras sinceras de cariño, afecto, apoyo y admiración porque habéis conseguido que encontremos consuelo y nos reconfortemos viendo que mi tía hoy está en el cielo observándonos feliz, orgullosa y agradecida de ver a su pueblo valenciano volcado en ella” y ha pedido “que la recordéis como era, vuestra alcaldesa, feliz, vital y entregada a Valencia y a los valencianos”.
Comienza el Adviento en Valencia y en la Iglesia universal. Con la mayor libertad, pero -eso sí- desde la propia dignidad y el respeto a todos, cada uno vive su fe, su increencia, su ideología o sus valores con total libertad. Queda para el recuerdo una despedida llena de respeto y afecto para los familiares y amigos de Rita Barberá, a quien juzgará la Historia de Valencia pero sobre todo -como subrayaba su sobrina- ‘el Sumo Hacedor’.
Valencia, Fiesta y Tradición estuvo allí y éste es el testimonio.
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