(Fotos: Manolo Guallart)
Desde hace ya muchos años, cada 6 de diciembre el convento de San José en Valencia -junto al Mercado de Colón- está de fiesta.
Si bien el anuncio de la llegada de la Navidad viene marcado en los grandes almacenes, centros comerciales y también en lugares significativos de la ciudad por el encendido oficial de la iluminación navideña, la inauguración de ferias, pistas de hielo y numerosos belenes monumentales, en la calle Cirilo Amorós nº 67 este inicio del Adviento se ha vivido siempre con una gran sencillez.
Durante muchos años la figura de Fray Conrado, fraile capuchino que regentaba la portería del convento hasta su fallecimiento el 10 de octubre de 2015, tomaba protagonismo con la propuesta anual de convertir alrededor de mil belenes -hechos a mano- en el sustento de cientos de personas necesitadas.
Así, cada año la misma liturgia solidaria. Eucaristía multitudinaria, bendición de la muestra de belenes, para experimentar la pronta y dinámica adquisición por los numerosos demandantes que acababan con las existencias en menos de una semana.
La generosidad de los visitantes es, sin duda, la recompensa a un trabajo laborioso de todo un año para convertir materiales de desecho en un motivo para acoger a Jesús Niño en la Navidad del presente. Máquinas de escribir, macetas, móvil, piñas, ramas, barracas, platos, ceniceros, lámparas y un largo etcétera.
Fray Conrado sembró pacientemente y, al tiempo, tuvo a su lado a un grupo de personas entusiastas con su proyecto de vida, los Amigos de San Antonio, con los que vivió una interesante experiencia espiritual y solidaria. Una relación diaria que concretaba cada martes con la oración en la Hora Santa y la concreción de su vocación por los más necesitados todos los primeros martes de mes por la mañana. Alrededor de doscientas entregas de comida y productos de primera necesidad en la puerta del convento, momentos de encuentro, personas concretas con nombre y dignidad a las que siempre puso en primer lugar.
Más de un año después de su muerte, la obra de Fray Conrado vive en los Amigos de San Antonio, que trabajan conscientes de que su legado tiene que permanecer en nombre del Evangelio que él hizo el sentido de su vida.
Este 6 de diciembre la propuesta fue la de siempre. Monseñor Esteban Escudero, obispo auxiliar de Valencia, concelebró con el Padre Provincial de los Capuchinos, José Vicente Martínez y otros sacerdotes. Presentes entre otros los Amigos de San Antonio y familiares de Fray Conrado. En el ofertorio, el tradicional ofrecimiento de un belén que fue bendecido al término de la misa.
Más tarde, un recorrido por la muestra solidaria de nacimientos, bendecidos por el prelado. Fue entonces cuando Fernando Sánchez, presidente de los Amigos de San Antonio, presentó al obispo Esteban Escudero el novedoso calendario con imágenes de Fray Conrado que han realizado para colaborar con el proyecto.
La clásica actuación del grupo «Palabras», con actuaciones sobre todo musicales, tuvo un momento previo con la proyección del audiovisual «Manos pobres para una vida santa», con el que Valencia, Fiesta y Tradición realizó un homenaje a Fray Conrado el pasado mes de septiembre, poco antes de su primer aniversario.
Si bien hace un año los belenes solidarios tenían en buena parte el trabajo personal del fraile capuchino, en esta ocasión – y en muchas venideras – el trabajo es y será de sus seguidores los Amigos de San Antonio, que sienten su proyecto y se dejan inspirar por su carisma pobre y evangélico.
Además de la edición de estampas, del calendario, también con sus encuentros de oración y de compartir con los necesitados, los Amigos de San Antonio incorporarán nuevas propuestas con la finalidad de consolidar un estilo de vida con el carácter que Fray Conrado mostró siempre. Su obra sigue en marcha, porque hay muchas personas aún que necesitan de la solidaridad de sus semejantes.