No es habitual una ‘salida’ de la Virgen de los Desamparados para cuatro días. Ésta -desde luego- ha valido la pena.
Jueves a primera hora de la hora en la parte posterior de la Basílica, por la misma entrada que lleva al MUMA (Museo Mariano). Por allí se realiza el traslado de la imagen peregrina hasta el ‘maremóvil’ y la recibieron como siempre numerosos seguidores y devotos de varias poblaciones que la Virgen ha visitado recientemente, como Burjassot y Sagunto. También estaba presente Arturo Monllor, párroco de Benigembla, Murla y Castell de Castells, su próximo destino; le acompañaba Miguel Ángel Pérez, uno de los sacristanes de la Basílica de la Virgen y asimismo uno de los promotores de esta nueva misión mariana.
Un viaje por la costa, desde Valencia y en dirección Alicante, con el vehículo especial de la Virgen recorriendo la autopista hasta llegar a Ondara (recuerden la histórica jornada en la Plaza de Toros con motivo del proyecto «Magníficat»). Desde allí, hacia el interior, recorriendo carretera de montaña hasta llegar al Valle del Pop, entre olivos, vides y árboles frutales. Como es habitual, escoltada por la Guardia Civil de Tráfico desde las inmediaciones de la población, la Virgen de los Desamparados llegó Benigembla donde fue recibida por sus vecinos y la música de la banda de Castell de Castells.
BENIGEMBLA
Un recorrido festivo por lo ancho y largo del pueblo permitió a los feligreses mostrar a la Virgen sus calles, plazas y bellísimo paisaje. Una auténtica aventura de equilibrio y tenacidad permitió la entrada de la imagen en la parroquia de San José, con una portada estrecha en una calle similar. Más tarde, la cena de fraternidad junto a la iglesia con una buena temperatura y mejor ambiente.
La jornada del viernes tuvo el Santo Rosario matinal, una misa solemne presidida por el párroco Arturo Monllor, la ofrenda floral de niños y mayores, con el beso a la medalla de la Virgen como momento más emotivo.
Ya en la despedida, el reponso en el cementerio -a la salida del pueblo- por los difuntos de las tres parroquias con la Virgen en el ‘maremóvil’.
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MURLA
Un recorrido de 4 km. por carretera de curvas conecta Benigembla con Murla. La Virgen realizó su viaje haciendo un rodeo por la población de Parcent, llegando así a la otra entrada de Murla, siendo recibida junto a la cruz de término.
Tras el Rosario cantado ante la Virgen en la parroquia, todo el pueblo salió en procesión con la Virgen haciendo paradas en las casas de personas enfermas. Hubo un momento especial ante una escultura de Fray Pedro Vives (natural de Murla), autor del «Catecismo breve de la Doctrina Cristiana». Ya por la tarde, despedida junto a la iglesia parroquial.
El motivo principal de la visita de la Virgen era el 75º aniversario de la imagen de Santa Ana en Castell de Castell. De este modo, 16 km. hacia el interior del Valle de Pop, el ‘maremóvil recorrió parajes de gran belleza natural hasta su último destino, enclavado en una zona más alta. Allí sucedió la escena más esperada de estos cuatro días: el encuentro de la Virgen de los Desamparados con Santa Ana, portadora de la Virgen Niña.
La plaza de la iglesia y sus aledaños llenos de gente para celebrar una misa de campaña -con las imágenes a ambos lado del altar- presidida por el obispo auxiliar del arzobispado de Valencia, Javier Salinas y concelebrada por Arturo Monllor y con tres monaguillos.
El coro parroquial, junto con la banda de música (que participó en los actos de los tres pueblos), estuvieron dirigidos por Miguel ángel Pérez, sacristán de la Basílica de la Virgen en Valencia, cuyo hijo participa en la Escolanía, y que estuvo presente en las celebraciones de Castell de Castells.
Entre las ofrendas de la misa de campaña, el alcalde de la población entregó su bastón de mando a la Virgen de los Desamparados. La posterior procesión nocturna por Castells de Castells transcurrió por calles estrechas y empinadas, en la que estuvieron los niños de Primera Comunión del pueblo.