Como cualquier otro sábado del año, la Basílica de la Virgen de los Desamparados en Valencia celebró su última misa del día a última hora de la tarde. Pero los fieles que acostumbran a quedarse un poco más ante de Madre del Cielo percibieron que era un día especial, ya que hubo indicaciones para que el templo quedara despejado y los bancos libres para un nuevo acto.
No todos sabían que viernes y sábado habían sido jornadas falleras de primer nivel, con las exaltaciones de las Falleras Mayores de Valencia en el Palau de la Música. Y llegaba el momento de que las representantes de las Fallas valencianas acudieran con sus Cortes de Honor al templo mariano por excelencia en la Comunidad Valenciana para ofrecer sus cargos y sus anhelos festivos a la Virgen.
Y así fue. Las recibió Álvaro Almenar, vice-rector de la Basílica, a los pies de la patrona con un emotivo saludo a las falleras, las cortes, la Junta Central, familiares y amigos todos a una. Momento oportuno para lucir la reciente iluminación especial reservada para los grandes acontecimientos.
Una oración y un deseo -propuso Almenar-, con la propuesta de que cada ramo ofrecido a la Virgen de los Desamparados, portara en el beso previo la mirada devota, el agradecimiento personal y esa petición de amparo que tantos le pedimos cada día. Una a una, también con las representantes de las fiestas de Castellón y de Alicantes, todas las falleras protagonistas hicieron su ofrenda mientras del órgano de la Basílica emanaba la incomparable música del Himne de la Coronació.
Pero la emoción aún iba a llegar a su culminación con la subida al camarín de la Virgen, privilegio de unos pocos reservado hoy para Daniela Gómez y Rocío Gil, Falleras Mayores de Valencia, que en ese orden ascendieron por la escalera que conduce hasta la mirada más dulce y tierna, la que ampara a todos, la que acoge sin distinción: la Mare de Déu. Testigos de ese momento entrañable, Pere Fuset, presidente de la Junta Central Fallera con su directiva; el vice-rector Álvaro Almenar y también el presidente de la Hermandad de Seguidores de la Virgen, José Luis Albiach, acompañado por el ex-presidente, Juan Arturo Devís.
La niña Daniela Gómez subió con pasos firmes, miró a la Virgen, besó su mano y sonrió contenta a los pocos presentes en el camarín. Rocío Gil tardó un poco más, y también vivió su experiencia al contemplar a la patrona, expresando toda su emoción con lágrimas y sentimientos que sin duda María acogió.
Con las fotografías para el recuerdo con la Virgen en su Basílica concluyó un nuevo paso de las Falleras Mayores -tras su nombramiento el pasado octubre- hacia las próximas Fallas. En febrero llegará la Exposició del Ninot, más tarde la Cridà y poco después comenzará el intenso programa fallero para Valencia y el mundo, no en vano las Fallas son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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