Arte, fuego, música y…buñuelos.
Estamos en las Fallas de Valencia y en pleno centro histórico, en la plaza del Collado, entre bares, restaurantes, junto a la falla da a la plaza un color especial, se distingue una cola silenciosa de personas anónimas que observa el proceso motivo de esta publicación. Las miradas se centran en el proceso de ‘hacer buñuelos’, momentos previos a la compra de una anhelada ración.
Cámara en mano, nos acercamos a la Horchatería El Collado (en el nº 13 de la plaza), con 126 años de historia, horchata y chocolate de siempre, buñuelos como santo y seña de la gastronomía popular. Una auténtica experiencia sensorial permite captar -paso a paso- todo el proceso: harina, levadura, calabaza en la masa, el aceite hirviendo, la mano maestra que ejecuta con esmero la forma con un agujero central, el contacto con el aceite hirviendo y esos segundos donde cambia el color hasta llegar al punto ideal, pasando a la bandeja de servir.
Cientos de buñuelos durante cada día, mañana y tarde, cumpliendo una tradición gastronómica centenaria. Y luego el azúcar al gusto, raciones de media o una docena, para la mesa o la calle, paseando entre fallas y ambiente festivo.
Así lo hemos vivido esta mañana, tal vez con los mejores buñuelos del entorno.