Sanchis Nadal y Jaime Chiner: su legado para entender la Semana Santa Marinera de Valencia actual
Manolo Guallart, ese carismático genio de la fotografía que dirige con buen acierto el digital Valencia, Fiesta y Tradición me pide una colaboración para su ESPACIO DE OPINIÓN FESTIVA sobre nuestra Semana Santa Marinera.
Acabamos de hacer público el fallo del jurado del premio PERIODISTA JOAQUIN SANCHIS NADAL que organizamos desde EOS * y que ha llegado a su tercera edición. Y la otra noche Jaime Chiner participaba en el XV Sopar de la Creu Marinera de forma virtual. Quédense con estos dos nombres.
Joaquín Sanchis Nadal fue un periodista español, hijo de Andrés Sanchis Castaño, maestro nacional del Colegio San Pedro del Cabanyal. En España trabajó como reportero en distintos diarios, entre ellos la redacción de El Mercantil Valenciano, donde entró a trabajar con apenas 20 años como corresponsal del Marítimo. Exiliado en México tras la Guerra civil española llegó a Veracruz, a bordo del barco Ipanema, en julio de 1939, en compañía de su esposa la valenciana Pepita Mañez Alós, y de su hija, Pepita Sanchis Mañez, Pimpe. En México, fue redactor del diario «Novedades» y se le conocía como «el Jefe Sanchis» firmando sus crónicas como «Sanchis Nadal». Desde México mantuvo correspondencia con su hermano Lorenzo, que se quedó en Valencia, químico y profesor de instituto.
Jaime Chiner Gimeno, es semanasantero desde su niñez, legado que recibió de su padre Jaime Chiner Yuste, que está en el cielo junto a Dios Padre, que fue uno de los fundadores de la Hermandad de Jesús con la Cruz en 1967. Funcionario de la Generalitat Valenciana, escritor e investigador, es un grande de la cultura valenciana y autor de la imprescindible obra en 2 volúmenes, MAR, LLUM I PASSIO historia de la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera de Valencia, de lectura recomendable estos días que no podremos disfrutar de nuestras procesiones en la calle.
Nuestra Semana Santa Marinera es una representación religiosa y popular que tiene por escenario un entorno espacial peculiar dentro de la demarcación del municipio de Valencia. Este entorno, alejado del centro de la ciudad, es un paralelogramo que abarca los antiguos municipios de Vila Nova del Grau y Poble Nou del Mar, anexionados a Valencia en 1897, y conocidos actualmente como los Poblados Marítimos de la ciudad de Valencia.
Estos poblados, que se corresponden actualmente con los barrios del Cabanyal, Canyamelar y Grao, limitan al Norte con la avenida de los Naranjos; al Este, con el mar y la calle de Eugenia Viñes; al Oeste, con el nuevo bulevar de la Serrería que ocupa el lugar de las antiguas vías del ferrocarril y, al Sur, con la Avenida del Puerto. En este espacio urbano se encuentran las cuatro parroquias donde, las diferentes hermandades, cofradías y corporaciones procesionantes, se agrupan: Santa María del Mar (Grao) parroquia en la que fui bautizado, Nuestra Señora del Rosario (Canyamelar) en la que procesiono en la Hermandad de Vestas del Santísimo Cristo del Buen Acierto, Nuestra Señora de los Ángeles (Cabanyal) y Cristo Redentor-San Rafael Arcángel (Cabanyal). Singularmente, sólo una hermandad, la Pontificia y Real Hermandad del Santísimo Cristo de la Concordia, está incardinada en una feligresía extra-limes del entorno descrito -la parroquia de Jesús Obrero-San Mauro, en la Avenida del Puerto-Islas Canarias- si bien, desde el punto de vista de la estructura y desarrollo procesional de nuestra Semana Santa Marinera, pertenece a la parroquia de Santa María del Mar como explicaba Luis Trilles en la charla junto al mar que tuvimos.
Nuestras barriadas del Grao, Canyamelar y Cabanyal, presentan un espacio bien acotado, incluso entre ellas, con calles que serán, para todos nosotros sus habitantes, el límite entre unas y otras, y eso lo ha podido comprobar Guallart cuando ha paseado por aquí con nosotros. Y ello es así, hasta el punto de originar un sentimiento visceral en todos los nacidos en los Poblados Marítimos que nos acompañará durante toda nuestra vida: nacer en el Grao no es igual que haber nacido en el Canyamelar o en el Cabanyal, es diferente.
En el caso de nuestras procesiones, esta necesidad por buscar unos orígenes «dignos» se da no sólo a nivel de cofradías individuales sino también del propio conjunto de la Semana Santa Marinera. Así, se viene hablando de San Vicente Ferrer como fundador de nuestras procesiones en su calidad de prior de una históricamente inexistente cofradía denominada «Concordia deis Disciplinants»; se aportan datos sobre la antigüedad de determinadas cofradías utilizando como fuentes históricas para ello libros que, en el momento de mencionarlos por vez primera, hacía ya cientos de años que se encontraban desaparecidos no indicándose en dónde habían sido leídos nuevamente estos libros por las personas más interesadas en divulgar los datos de estas cofradías; se argumenta en ciertas publicaciones oficiales, para explicar que la Semana Santa Marinera sólo se dé en la franja litoral de Valencia -entre pescadores y marineros y no en el resto de la ciudad, que las procesiones se trasladarían a nuestras costas desde el antiguo y céntrico barrio de pescadores de la ciudad al seguir éstos el retroceso de las aguas marinas cuyo oleaje, según dichas publicaciones, llegaba en la época de San Vicente Ferrer hasta el actual centro de Valencia sin percatarse que este retroceso de las aguas es antihistórico.
Con anterioridad al siglo XIX, prácticamente nada podemos afirmar, desde un riguroso punto de vista histórico, sobre las celebraciones de la pasión, muerte y resurrección del Señor en los barrios de la ciudad de Valencia históricamente conocidos como Poblados Marítimos. No obstante en el Archivo Histórico Municipal de Valencia (AHM) existe un documento que data las celebraciones de la Semana Santa en Vilanova del Grao en 1735 aunque también existe otro de 1693 con datos indirectos. Los dos figuran en la investigación coordinada por el director de Historia del Arte, Amadeo Sanchis, y el profesor, Josep Vicent Boira, con la colaboración imprescindible de Esther Medán.
Hasta entonces el documento más antiguo del que se tenía constancia era de de 1792 de un escrito que relata los cortejos procesionales de Vilanova del Grao.En el documento hallado se libra el pago de las Palmas, Ramos y Aleluyas que anteriormente habrían utilizado en las celebraciones de la Pasión debido a que el día de pago, 29 de abril, las fechas de la Pasión ya habrían trascurrido. Es de destacar la importancia del pago de las Aleluyas con lo cual se constata que en el Grao también se lanzaban para conmemorar la Resurrección de Jesús puesto que ese lanzamiento sólo tiene lugar por ese motivo. Otro de los documentos hallado fechado en noviembre de 1740 hace mención a que el consistorio, siendo alcalde Vicente Fenellós y regidor segundo Joseph Boira, se reunieron en el edificio consistorial para determinar las cantidades a pagar por las «obrerías de Semana Santa y Corpus» y de otras festividades. Así se haba del Domingo de Ramos, de la procesión de pasión con cantores; de los maitines de tinieblas del Sábado Santo y la bendición de la pila y de la jornada de Resurrección. Finalmente, cabe destacar la mención indirecta a la compañia militar del Baluarte del Grau que acompañaba a otras procesiones en el último decenio del siglo XVII, entre 1693 y 1697, y, en concreto, a San Antonio Abad. En el año 1693, 1694 participaron alférez y soldados de la Compañía de Cavallos del lugar del Grau.
Tal y como relata Jaime Chiner en su libro, incluso, para el citado siglo XIX, las noticias son muy escasas y se reducen a mínimas referencias en la prensa de la época o bien a pequeños textos literarios redactados a finales del siglo XIX o principios del XX. Entre estos breves textos destacan: los estudios de Basilio S. Castellanos contenidos en su Costumbres españolas.
De la Semana Santa en varios pueblos de Valencia, inclusa esta ciudad, obra editada en 1897, y que el diario Jornada citaba y resumía en diversas crónicas publicadas durante las Semanas Santas de 1942 y 1949; la literaria e irónica visión de nuestras procesiones recogida en la obra de Blasco Ibáñez Flor de mayo publicada en 1895 y, por último, la mordaz visión de Bernardo Morales San Martín titulada «Sayons y Granaeros (La Semana Santa en el Cabañal)» publicada en 1907 dentro de un número extraordinario del diario Las Provincias dedicado a las fiestas valencianas.
A principios de los años 20 del pasado siglo XX, el eco de las celebraciones de los Poblados Marítimos en la prensa diaria se incrementará sustancialmente al no celebrarse la tradicional procesión del Santo Entierro en el centro de la ciudad de Valencia a pesar de que, su organización, era insistentemente reclamada en los medios de comunicación. A este mayor eco influyó, en sumo grado, la fundación de la Real Hermandad de la Santa Faz y los aires nuevos que esta entidad trajo a nuestras fiestas de Semana Santa justo en un momento en el que en el centro de Valencia, paulatina pero inexorablemente, se dejó de conmemorar la muerte y resurrección del Señor mediante procesiones generales tal y como muestra una nota titulada «Procesión del Santo Entierro» aparecida en Las Provincias del 8 de abril de 1925.
Esta desaparición en el centro de la ciudad, justo en el momento en que, por un lado en el centro se empieza a dar una estructura organizativa definitiva al mundo de las fallas, y, por otro, se produce una explosión de la vistosidad turística de la Semana Santa de los Poblados Marítimos, es la que explica que dejase de celebrarse la Semana Santa en el centro de Valencia y no en el Grao, Canyamelar y Cabanyal, donde en aquella época las fallas tenian una fuerza representativa menor.
Por impulso del periodista Joaquín Sanchís Nadal, se elaborará y publicará el primer programa oficial de fiestas de nuestra Semana Santa. Era 1928 y ya en el año anterior el citado periodista había propuesto un aumento de la ayuda monetaria municipal y de la actividad propagandística como medio de engrandecer la fiesta. Coincidimos con Jaime Chiner en que, uno de los sistemas ideados por Sanchís Nadal para ello será el mencionado programa de actos editado por el Comité Central de Fiestas de Semana Santa y redactado por este ilustre periodista que homenajeamos cada año desde EOS, con la APPV, EsdiarioCv y El Corte Inglés.
La Hermandad de la Santa Faz, fundada en abril del año 1924 y perteneciente a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario es la iniciadora del resurgimiento y de la organización de nuestra Semana Santa Marinera tal y como actualmente todos la concebimos y así lo destaca Joaquín Sanchís Nadal en el referido libro oficial de fiestas del año 1928. La participación de la Santa Faz en nuestras celebraciones supuso la aparición de un nuevo «tipo» de hermandad que pronto se convertirá en el modelo a imitar, a seguir, tanto por el resto de entidades semanasanteras de los Poblados Marítimos ya existentes como por las nuevas agrupaciones que, a partir de entonces, iban a surgir. Así, por ejemplo, se intenta emular desde su organización interna –la Santa Faz cuenta con reglamentos fechados en 1924, 1927 y 1928- hasta la tipología de su nuevo vestuario confeccionado con lujoso terciopelo y raso que contrastaba con el pobre merino empleado hasta entonces por agrupaciones con una mayor antigüedad como por ejemplo, mi Hermandad de Vestas del Santísimo Cristo del Buen Acierto.
Como manifestará el periodista Sanchís Nadal en 1928, en un artículo periodístico donde atribuye a la Hermandad de la Santa Faz una gran influencia en el engrandecimiento de las celebraciones, esta hermandad será la primera entidad que ostentó «severas vestiduras al estilo de las cofradías andaluzas». Anteriormente, en 1877, los cofrades que procesionaban en Valencia iban ataviados de túnicas de color rojo o negro tal y como se deduce de una afirmación del periodista Teodoro Llorente, director de Las Provincias, contenida en las páginas 237 y 238 de su obra Viaje de S. M. Alfonso XII á las provincias de Levante y mediodía de España, y visita á la escuadra de instrucción en el año 1877 (Valencia, Imp. de José Doménech,1877): «Los pasos de Semana Santa no tienen en esta ciudad (de Sevilla), alegre y pomposa siempre, el carácter lúgubre que en otras partes. Algo de la fantasía oriental se mezcla aquí á los ritos cristianos. Los penitentes no llevan esas estrechas túnicas negras ó rojas de los vestas de Valencia; cada cofradía los viste a su manera, cambiando los colores mas vistosos. Todos llevan altísimas y erguidas caperuzas, cubiertas de tela que cubre la cabeza y baja sobre el pecho y los hombros, y blanquísimas túnicas de lienzo, como las al vas de los sacerdotes; pero con larga cola, que arrollan al brazo ó dejan arrastrar por el suelo. Las caperuzas y los mantos son azules, morados, rojos, negros, formando siempre vivos contrastes»
Por otro lado, la Santa Faz también aportó a la Semana Santa un grupo escultórico representando el «Paso de la Verónica» compuesto por cinco figuras. La hermandad introducía, también así, importantes novedades en nuestras celebraciones ya que este grupo rompía con la tradicional trilogía de imágenes exentas integrada por nazarenos, cristos y dolorosas. Asimismo, la bendición de este trono-anda en el Domingo de Ramos de 1928 con asistencia de las máximas autoridades civiles, eclesiásticas y militares supuso, a buen seguro, un nuevo acicate en las mentes de los dirigentes de las tradicionales hermandades -vestas, sayones y granaderos- dada la importancia social de los asistentes al acto y el amplio eco que la bendición tuvo en la prensa del momento. Un acicate que debió verse aumentado sensiblemente al ser otorgado en 1927 a la hermandad el título de «Real» por Alfonso XIII.
Es este impulso emulador, nacido de la fundación y primeros años de vida de la Real Hermandad de la Santa Faz, el que permite explicar la creación y rápido surgimiento de numerosas hermandades en las tres parroquias valencianas integrantes de nuestra Semana Santa entre 1925 y 1931.
Desde el punto de vista de la historia de la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera de Valencia, el papel de la Real Hermandad de la Santa Faz es también fundamental al ser la impulsora de la creación del comité local de fiestas de la Iglesia de Rosario tras las celebraciones de 1925, lo que conoceríamos como Junta Parroquial de Semana Santa del Canyamelar. Este comité local se encargará de la organización de la Semana Santa en dicha feligresía integrando los esfuerzos de las diferentes cofradías y será considerado como el primer germen de la actual Junta Mayor. A finales de 1925 o principios de1926, miembros del Comité Local de Nuestra Señora del Rosario aconsejaron a las agrupaciones semanasanteras existentes en el Cabanyal que constituyeran en los Ángeles un comité local similar al del Rosario. Por su lado, la Semana Santa de 1927 fue la primera en la que participó el Grao de Valencia «contagiado del entusiasmo reinante en el Cabañal y Cañamelar» con la organización de dos «bandos» de sayones y granaderos.
Si bien -como explica Chiner- parece haberse «institucionalizado», en base a la celebración del 25°, 50° y 75° aniversario de la fundación de la Junta Mayor, el año de 1925 como aquel en el que se creó el Comité Central de Fiestas -máximo órgano regulador de nuestras procesiones-, la realidad es que la documentación descubierta por el propio Jaime Chiner durante la realización de su libro Mar, llum i Passió. Historia de la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera de Valencia ha permitido demostrar que la fundación «de facto» del Comité Central de Fiestas (antecedente directo de la actual Junta Mayor) data de noviembre-diciembre de 1927, si bien, «de iure», es decir, mediante un documento legal no será hasta el 28 de noviembre de 1928 cuando se unan las tres parroquias en un único Comité Central con el fin de sumar esfuerzos, recibir subvenciones del Ayuntamiento de Valencia y coordinar las actuaciones de los colectivos pertenecientes a las tres feligresías entonces existentes y que, desde 1942, se convirtieron en cuatro.
Si quieren seguir conociendo la historia de la Semana Santa Marinera les recomendamos la lectura del referido libro de mi buen amigo Jaime Chiner, al que le otorgamos la Creu Marinera en 2017 y las crónicas de Sanchis Nadal de su época.
Feliz Semana Santa, que nos llevará a la Pascua. La fe no se suspende.
Francisco Celdrán Martínez (Fundador de EOS)
*EOS Asociación ENCUENTRO DE OPINIÓN SEMANASANTERA. Creada el 2 de julio de 2004 en El Puig de Santa María.