FALLAS

Exaltación de la Fallera Mayor Infantil de València, Nerea López Maestre

Fotos y vídeos: Agustín Verdeguer.- Por segunda vez este fin de semana, el Palacio de Congresos volvía a congregar al mundo fallero en torno a sus máximas representantes en una tarde mágica sólo que…, la media de edad bajaba varias décadas como es lógico.

Y daba comienzo con la reunión de coches antiguos en la plaza del Ayuntamiento, con todas las componentes de la Corte de Honor, capitaneadas por la propia Nerea López, subiendo a bordo de bellos ‘carruajes’ motorizados cual princesas de cuento para llegar hasta el lugar en el que iban a vivir su primer gran acto, en el que toda Valencia iba a rendirles homenaje y a reconocerlas como máximas representantes de las Fallas: la Exaltación.

Así, Nerea y su Corte de Honor encontraron el más cariñoso recibimiento que podían esperar a su llegada al recinto del Palacio de Congresos, y la tarde se estrenaba en sonrisas, en aplausos y parabienes cuando, aún sin apagarse las luces del patio de butacas, un curioso personaje con ropas de otra época y un gran lápiz en sus manos, hacía su entrada por entre las falleras que asistían al acto y comenzaba así el espectáculo.

Un tributo a los personajes y canciones infantiles irrumpieron en la sala y comenzó a desplegar un clima de magia y cuento que hizo las delicias de los presentes. Un sastre que había perdido la imaginación se veía incapaz de seguir creando vestidos mágicos, y diferentes personajes del mundo de los cuentos le ayudaban a recuperarla. Un espectáculo musical familiar que invitaba a la participación de todos y que dejó muy buen sabor de boca.

La segunda parte del acto respondió al guión establecido pero, pese a suponer una rutina repetida mil y una veces a lo largo de los años, la alegría de volverlo a vivir plenamente tras un doloroso paréntesis y la magia que los niños y niñas llevan consigo a todas partes, hizo que desde la imposición de las bandas, hasta la entrega de canastillas de flores y por supuesto el discurso del mantenedor, Salvador Doménech Montoliu, tuvieran una carga especial que lo volvía a hacer todo diferente, único e irrepetible.

Un discurso que Salvador desplegó como si del proyecto de una falla se tratara, con cuerpo, escenas, rimas y mucha, mucha poesía, ilusión y esperanza, tan necesarias tras tiempos difíciles que ahora toca superar. Quizás las palabras más bellas que un fallero puede entonar al explicar qué es una falla, las pronunció Salvador Doménech que, como él mismo dijo, se tiene por ‘frikie’ fallero: «La falla… és un sentiment, una afició, de vegades quasi una devoció, És l’expressió de l’amor a la nostra terra, a les nostres tradicions, a l’esperit de renàixer i renovar-se per tornar a començar. Són quatre dies de festa per alguns, però tot un any per al faller de veritat». Y no le vamos a desdecir.

Acabaría la velada con un espectáculo pirotécnico en las inmediaciones del Palacio de Congresos y desde allí, las Falleras Mayores de Valencia y sus respectivas Cortes de Honor se acercaban hasta la Basílica para rendir homenaje a la Virgen de los Desamparados. Nerea y Carmen tenían la oportunidad de subir hasta el camarín donde se encuentra la imagen de la Maredeueta para tocar su manto y verla más cerca que nunca.

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