Valencia celebra el bautismo de San Vicente Ferrer con la fiesta de los Bultos
Fotos: Luis Timón.- Este domingo Valencia vestía sus mejores galas para celebrar a uno de sus patrones, San Vicente Mártir, el diácono que en el año 304 fue martirizado y muerto por orden del emperador romano Diocleciano. Pese a que este año el 22 de enero caía en domingo y el festivo local era movido al mes de abril para que el alcalde Ribó pueda ensayar ‘su’ jornada laboral de 4 días a la semana, la capital del Túria sigue siendo fiel a sus tradiciones y rinde homenaje al primer gran hombre de su larga historia.
Sin embargo, el día guarda alguna que otra curiosidad que, si no se conoce con cierta profundidad la historia y tradiciones del ‘cap i casal’, puede prestarse a confusión, en este caso entre ambos ‘Vicentes’. Y es que cada 22 de enero, además de los actos en honor al Mártir, se celebra también el bautismo de San Vicente Ferrer, el otro patrón de la ciudad.
La razón es sencilla. Vicente Ferrer nació el 23 de enero de 1350, esto es, justo un día después de la festividad que conmemoraba al mártir, y de hecho se le dio el nombre en honor a él -costumbre la de dar al recién nacido el nombre del Santo del día que tuvo mucho arraigo hasta bien entrado el siglo XX-. Por ello, el 22 de enero se celebra también este bautismo en la fiesta también llamada ‘dels Bults (de los Bultos)’, 19 figuras creadas en el siglo XVI a iniciativa del notario valenciano José Benito de Medina para recrear, con algunos anacronismos, los personajes que participaron en el bautismo del santo el 23 de enero de 1350 en la iglesia de San Esteban.
Pese a la impresionante transformación que ha sufrido Valencia en estos últimos 753 años, la iglesia de San Esteban sigue en pie y activa en el culto, como también la casa natalicia de San Vicente Ferrer, y la procesión recrea el camino que debió recorrer la familia Ferrer hasta el citado templo para bautizar al que luego sería uno de los hombres importantes de la historia de Valencia y uno de los considerados doctores de la Iglesia.
Así, un año más, han podido verse representados a los personajes que participaron en el bautizo del santo, con la comadre que sostiene en brazos al Santo, la presencia de la corte eclesiástica, el sacerdote Perot de Pertusa; los tres padrinos, Ramón Oblites, jurat en cap, Guillem de Espigol y Domingo Aragonés, jurats ciutadans; la madrina, Doña Ramona de Encarroz y Vilaragut; el macip o racional, la corte real con el Virrey y la Virreina acompañados de pajes, damas y vergueros, el jurado de la ciudad, así como el padre de San Vicente, el notario Guillem Ferrer, con un bizcocho en las manos, y su madrina, Na Ramoneta d’En Carroç i Vilarragut.
