El plano más antiguo de la ciudad, elaborado por Antonio Manceli y oculto durante cuatro siglos, ya no está solo
La Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés ha reeditado el conocido como Plano de Manceli (o Mancelli), el más antiguo que se conserva de la ciudad de València y que fue elaborado por este italiano natural de Módena en 1608, cien años antes del que hasta finales de 1980 se consideraba el más antiguo, el del jesuita Tomás Vicente Tosca, fechado en 1704.
Así, la Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés organizó este lunes en la Fundación Bancaja una conferencia con varios expertos para presentar la reproducción del plano y conocer la relevancia histórica y cultural de la obra de Antonio Manceli así como las incógnitas que envuelven no solo la elaboración del mismo sino su destino durante cuatro siglos y la tardanza en la adquisición del mismo por el Ayuntamiento de València que lo compró en 2001 por 60.000 euros.
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Desconocida su existencia para eruditos, expertos e instituciones hasta la década de 1980, el plano de Manceli es aún hoy poco conocido pese a su importancia para la comprensión de la evolución urbanística de la ciudad en el siglo XVII y a pesar, también, del hallazgo hace unos años de un segundo ejemplar en la Biblioteca Apostólica Vaticana de Roma por el profesor Pablo Cisneros.
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Siguiendo su objetivo de sacar del olvido piezas raras de la cartografía, la bibliografía y la imagen gráfica valenciana, la Jerònima Galés ha editado en facsímil el plano de Manceli. En total, 200 ejemplares numerados que se repartirán entre los socios e instituciones tanto valencianas como nacionales para que el documento sea accesible para toda persona interesada en la cultura y la historia de Valencia.
El presidente de la Jerònima Galés, Rafa Solaz, ha explicado que la Societat se ha decidido por esta reproducción porque “era un plano no muy conocido y, hasta hace poco, se consideraba ejemplar único. Posteriormente, se ha descubierto otro en Roma y pensamos que reproducirlo en papel sería interesante no solo para los socios sino también para todas las instituciones que quisieran exponerlo físicamente”.
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“El plano de Manceli es muy importante porque estamos hablando de cien años antes de cuando se hizo el del padre Tosca y contiene información interesantísima como, por ejemplo, la horca que había en la plaza del Mercado y, sobre todo, se aprecia perfectamente esa Valencia de principios del siglo XVII con la que se pueden contrastar los cambios de urbanismo que se produjeron en los siguientes cien años”, relata Solaz. En ese sentido, el profesor Germán Ramírez apunta que se trata de un “documento excepcional” ya que “retrata” la Valencia anterior a la expulsión de la minoría morisca.
Ramírez, autor del estudio El plano de València de Antonio Manceli (1608): noticias, vicisitudes y aclaraciones de un documento excepcional, pero no único, señala que la obra del italiano “es de gran calidad y fidelidad a la trama urbana y muestra elementos arquitectónicos que desparecieron hace ya mucho tiempo, entre ellos, varios de los conventos que tras la guerra contra los franceses o tras la desamortización (1835-1837) se vaciaron, abandonaron y fueron derribados a lo largo del siglo XIX para reformas urbanas o abrir plazas”. Un nuevo urbanismo que comenzó ya a lo largo del siglo XVII sobre la tupida red de calles y callejuelas de la Valencia medieval, reflejada por Manceli en su plano de 1608.
El plano se titula Nobilis ac Regia Civitas Vaentiae in Hispania (Noble y Real ciudad de Valencia en España), título que figura en la cartelera o filacteria superior del plano. Lo forman dos hojas grabadas y unidas, por lo que hubo dos planchas para su impresión. Ambas hojas forman una lámina de 49,7×77,6 cm. Va fechado en Valencia a 28 de agosto de 1608, contiene una dedicatoria al entonces virrey de Valencia, Luis Carrillo y Toledo, su protector y ejecutor, un año más tarde, de la expulsión de la minoría morisca del reino de Valencia.
Desconocido y rodeado de incógnitas
El misterio envuelve el plano de Manceli de cuya existencia no se tuvo conocimiento hasta la década de 1980, algo menos de cuatro siglos después de que fuera elaborado. Fue en los años 80 del siglo pasado cuando el arquitecto municipal Emilio Rieta lo compró, al parecer, a un anticuario. Tras varios intentos y años de negociaciones, finalmente el Ayuntamiento, en 2001, adquirió la pieza por 60.000 euros y, desde entonces, está expuesto en el Museo Municipal.
Dónde estuvo oculto el plano sigue siendo una de las incógnitas que envuelve a esta singular obra cuyo misterio no ha hecho más que acrecentarse con el descubrimiento del profesor de Historia del Arte Pablo Cisneros de un segundo ejemplar del plano de Manceli en la Biblioteca Apostólica Vaticana de Roma, lo que, en su opinión, desbarata la idea inicial de que el plano fuera una prueba de imprenta y considera factible que se realizara del mismo una tirada corta.
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Otra incógnita es si realmente existe conexión entre el plano de Manceli elaborado en 1608 y la expulsión de la minoría morisca un año después ejecutada por el virrey Luis Carrillo y Toledo, protector del autor italiano y a quien este dedicó el plano donde recogió con todo detalle las calles de una ciudad amurallada de principios del XVII donde una horca presidía la actual plaza del Mercado.
Varias son también las teorías sobre el objeto que impulsó a Manceli a levantar este plano de València pues, pese a existir información detallada sobre periodos de su vida, no hay documentos que acrediten ni el periodo exacto en el que estuvo en València ni qué lo atrajo a la ciudad ni, tampoco, a qué se dedicaba. La búsqueda del favor del virrey de Valencia, muy aficionado a la ciencia y a la cartografía, es uno de los motivos que apuntan los expertos por los que Manceli podría haber elaborado el plano aunque nada hay seguro alrededor de esta obra vital para entender la evolución de la ciudad durante el siglo XVII.
Otra incógnita es si realmente existe conexión entre el plano de Manceli elaborado en 1608 y la expulsión de la minoría morisca un año después ejecutada por el virrey Luis Carrillo y Toledo, protector del autor italiano y a quien este dedicó el plano donde recogió con todo detalle las calles de una ciudad amurallada de principios del XVII donde una horca presidía la actual plaza del Mercado.
El profesor y miembro de la Jerònima Galés Germán Ramírez ha analizado todos los avances en el estudio El plano de València de Antonio Manceli (1608): noticias, vicisitudes y aclaraciones de un documento excepcional, pero no único publicado en el segundo volumen de Pasiones Bibliográficas que edita la Societat y que se puede consultar en el siguiente enlace: http://societatbibliograficavalenciana.es/documentos/pasiones2.pdf.