La Catedral de Valencia acogió el pasado día 15 la representación del Cant de la Sibil.la, drama paralitúrgico de la Edad Media, que hasta el siglo XVI se escenificaba la noche de Navidad en diferentes catedrales de España y fue recuperado en 2012 por el grupo valenciano Capella de Ministrers.
Esta representación con la temática del nacimiento de Jesucristo, considerada un canto profético, fue implantada por el rey Jaime I en el siglo XIII tras la conquista de Valencia, pero desapareció tras el Concilio de Trento y sólo se conserva en las ciudades de Mallorca, cuya representación fue declarada en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO, y en Alguer (Cerdeña), que perteneció a la corona aragonesa.
De las muchas versiones que se conservan del Canto de la Sibila se restaura en estos conciertos la versión valenciana, con las influencias que sobre ella ejerció la tradición toledana y sus vinculaciones con la mallorquina, declarada en 2010 por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».
En el escenario hubo una variada y numerosa participación, con la Capella dels Ministrers interpretando la música con las réplicas de los instrumentos que aparecen en los frescos de los ángeles músicos sobre el altar mayor de la Catedral, del año 1472; la Coral Catedralicia, un conjunto de la Escolanía de la Basílica de la Virgen de los Desamparados (digidos por Luis Garrido), de la Escuela Superior de Arte Dramático y varios miembros de la Asociación Amics del Corpus de València.
Este año se ha recuperado el vestuario, al estilo del siglo XV, usado en el desfile celebrado en Valencia en 2008 cuando se conmemoró el 800 aniversario del nacimiento de Jaume I y los 550 años de la muerte de Alfons el Magnànim”.
Antes de la representación, el Gremi de Campaners Valencians interpretó los toques de Maitines de la Consueta de 1527, recuperados también en 2012 por primera vez desde el Concilio de Trento (1545-1563).
En la citada Consueta se cita: ‘Com dihuen la sisena liçó, la sibil.la, acompanyada ab lo vedell y dos canelobres, va a la trona de l’evangeli, y quan és hora, diu la sibil.la tres o quatre cobles, y torna-sen’n a la sagrestia. E mentres diuhen la novena liçó, lo qui ha de dir lo evangeli de Liber generationis Iesu Christi ve’s a vestir, e vist-se ab amit y camís ab paraments [blanchs], stola y manyiple, y la dalmàtica de brocat ras blanca ab lo collaret y lo libre ab una tovallola de brocat blanch’, en clara referencia a la participación de la Sibila en los Maitines de Navidad.
La estructura de la obra
‘Musica Angelica’ está formada por varias obras que provienen de ‘El Llibre Vermell de Monserrat’, manuscrito de cants medievales.
Un instrumental ‘Al jorn del judici’, seguido del introito ‘O virgo splendens’, la cantinela ‘Stella splendens’ y el canon ‘Polorum Regina’.
Más tarde comienza el ‘Cant de la Sibil.la’ con la introducción de Navidad ‘Puer natus est nobis’, que deja paso a la Procesión de los Profetas, en el que diez de ellos conversan con San Agustín -supuesto autor de ‘Ordo Prophetarum‘ y le explican los signos que indican que ‘el niño’ que acaba de nacer es sin duda el Hijos de dios. Tras este diálogo, se entona el ‘Quid Sybilla vaticinando’, dando paso al propio canto en la versión de Bertomeu Càrceres Alonso. Después el responsario ‘Verbum caro factum est’, llega el ‘Liber generationis’ casi al final de la representación, concluyendo con el himno ‘Te Deum Laudamus’.
La Sibil.la
Se trataba de mujeres que se creían inspiradas por los dioses, siempre vírgenes y profetas, y de todas ellas era la Sibila Eritrea la que anunciaba el día del Juicio Final y la llegada de Jesucristo. Capella de Ministrers ha recuperado este patrimonio musical y religioso «con la intención de despertar el interés en una celebración histórica que merece su restauración, que nos hace reflexionar sobre la venida de Cristo al mundo y el más allá, en esta tradición que ha sido y es de todos nosotros, según su director Carles Magraner.
La melodía del Iudicii signum, heredera del préstamo melódico de las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, es una composición puesta en boca de la Sibila Eritrea que solía cantarse al final de la última lección de los Maitines de Nochebuena hasta que se suprimió a raíz de las reformas litúrgicas surgidas del Concilio de Trento. Ampliamente difundida por Europa occidental debido a su mensaje escatológico, su primera adaptación al romance corresponde a una de las Cantigas, Madre de Deus (CSM 422), que fue seguida un siglo más tarde por otras adaptaciones en lengua catalana y castellana. Conocidas popularmente como Canto de la Sibila, las versiones más tardías incorporan estrofas alusivas a la Virgen cuya intervención se implora en el Juicio final. En este sentido cuentan con el precedente de un extraordinario sirventés del trovador Peire Cardenal, ‘Un sirventes novel vueill comensar‘, en el que se refiere a las recriminaciones que piensa que Dios le hará en el día del Juicio. Escrito hacia 1232, Cardenal, del que cuenta su Vida que «molt fo onratz e grazitz» por el rey don Jaime, concluye con un ruego a la Virgen: «Per merce·us prec, donna sancta Maria,/ c’al vostre Fill mi fassas garantia».
En el momento culminante de la representación, las cinco coplas puestas en boca de la Sybilla valenciana son las siguientes:
Al jorn del judici veuràs qui ha fet servici
D’una Verge naixera Deu y hom qui jutjara
de cascu lo be y lo mal al jorn del jui final.
Mostrar san quince senyals per lo mon molt generals,
los morts ressucitarán, de hon tots tremolarán.
Dalt dels cels davallará Jesuchrist, y es mostrará
en lo vall de Josaphat hon será tot hom jutjat.
Portará cascu escrit en lo front àl seu despit
les obres que haurá fet, don haurá cascu son dret.
Als bons dará goig etern, è als mals lo foch dinfern,
à hon sempre penarán puix à Deu offes hauràn.
La representación, presidida por el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, con representación eclesiántica, autonómica y municipal, marca desde hace ya cinco años el anuncio de la Navidad desde la Seo valenciana.