Como dice el programa oficial de festejos del Corpus Christi de Valencia, cada domingo de Corpus por la tarde es la Solemne Procesión, en la que miembros de la Asociación Amics del Corpus de la Ciutat de Valencia participan «encarnando los personajes bíblicos y tradicionales, motivo principal por la que se creó la Asociación».
Así lo ha hecho desde 1949 Juan Gómez Ortiz, el más veterano de este colectivo festivo, que tiene 93 años. En 2019 Juan ha tomado la decisión de «jubilarse» de ese compromiso que le ha llevado a vivir sesenta años de Festa Grossa. Antiguamente estaba en las comunidades parroquiales y luego representó el papel de uno de los evangelistas. Más tarde, treinta y cinco años en el papel de San Pedro con la comitiva de los personajes bíblicos que caminan delante de la custodia con el Santísimo Sacramento.
En la noche del viernes previa al Corpus Christi que tuvo lugar en la plaza del barrio del Carmen donde se halla la sede de la asociación, Amics del Corpus mostró su reconocimiento a Juan Gómez con un emotivo homenaje como corpusiano en el que participó su familia. Sesenta años son un bagaje inmejorable que lleva consigo el entrañable afecto de este gran colectivo, que le entregóuUn socarrat con su personaje de San Pedro.
Su hijo Juan ha tomado este año el papel de San Pedro, después de representar a varios apóstoles en los últimos diez años. Juntos recorrieron en los días previos el trayecto de la procesión, sin duda recordando anécdotas y momentos especiales de una celebración que late desde siempre en el corazón familiar. Así, con tristeza, asumiendo que las fuerzas físicas se han deteriorado aunque con la lucidez de siempre, Juan Gómez Ortiz ha entregado el testigo a su hijo, viéndole gozoso hacer la procesión del Corpus en su papel de siempre.
Cuentan varios testigos que un abrazo para el recuerdo fundió a padre y a hijo en un único San Pedro a su paso por la calle Caballeros. Sin duda, una renovación en familia del compromiso de corpusiano que ya es historia personal para ambos. Tras ellos, la Eucaristía en el centro histórico, el motivo principal por el que se creó Amics del Corpus.