Almàssera, población valenciana de l´Horta Nord, celebró como cada cuarto domingo de agosto su tradicional fiesta del Corpus Christi. El motivo de realizarla dos meses después de la solemnidad litúrgica es la dispensa papal tras el “Miracle del peixets” ocurrido en julio de 1348.
Dentro de las casi tres semanas de fiestas patronales, la Confraria del Santíssim –integrada por 24 miembros- prepara a conciencia cada año este homenaje a la Eucaristía. Resulta fundamental la colaboración de la parroquia, que –como destaca su párroco Vicent Ruix – está dedicada al Santísimo Sacramento, así como la Asociación Amics del Corpus de la población. Pasadas las seis de la tarde podía verse, a lo largo del recorrido de la procesión y con acompañamiento musical, el carro con caballos de la entrà de la murta, dejando por el centro de Almàssera un agradable aroma festivo en una tarde calurosa.
Tras los preceptivos ensayos en las proximidades del Centre Cultural –que acoge durante las fiestas una exposición de láminas sobre el Corpus de Almàserra, obra del artista Pedro Molero- los grupos de danzas tomaron su protagonismo. Así, precedidos por els gegants En Jaime i Na Violant, bailaron niños y jóvenes con els arquets i les cintes; tras ellos la parte adulta con els nanos, la mangrana y la Moma con los momos.
Poco antes de la ocho comenzó a formarse junto al templo parroquial la parte central de la procesión: tabal i dolçaina , el estandarte de Amics del Corpus local, banderolas y reyes de armas, con los personajes bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento; representación de las asociaciones falleras acompañando a la Senyera de la población (que había sido bajada con todos sus honores por el balcón del ayuntamiento) y detrás los estandartes de las cofradías locales y niños de primera comunión.
En la entrada a la parroquia, veinticuatro cirialots, ya que- con motivo del XXV aniversario de la asociación Amics del Corpus de Almàssera- a los habituales doce “cirialots” se unieron otros tantos venidos de la capital. Francisco Esteve, presidente de Amics del Corpus de Valencia, participó con otros miembros de la asociación representando a los cirialots que acompañaron al Santísimo Sacramento durante la procesión.
Así llegó el momento esperado, las campanas de fiesta y el himno nacional. Precedida por miembros de la Confraria provistos de faroles, la custodia salió de la parroquia bajo palio en un ambiente de gran solemnidad y de fiesta grande. Música de banda, el incienso purificando el aire, la murta como alfombra al paso del misterio eucarístico.
Tras la Santísimo, el sacerdote, los clavarios del año y la nueva corporación municipal, presidida con el alcalde socialista Ramón Puchades. El último tramo del recorrido se realizó ya de noche, lo que permitió contemplar un simbólico detalle pirotécnico aéreo en el instante final. Después, la entrada de la custodia en la parroquia y la adoración eucarística en el altar mayor.
Una vez más, fiel a su tradición de tantos siglos, Almàssera conmemoró con dignidad su gran devoción por el Corpus Christi.