Es el tercero año consecutivo en el que el Museu de les Ciències Príncep Felip concede una de sus amplísimas salas para alojar la Exposición del Ninot, la muestra que concentra la voluntad popular en el marco de las Fallas de València para indultar de las llamas a uno de los ninots que las más de 380 comisiones falleras de la Junta Central Fallera presentan para tal fin.
Días atrás pudimos cumplir con una tradición: El recorrido, desde las secciones más humildes hasta la ostentosa Sección Especial, contemplando las figuras -algunas auténticas esculturas tanto figurativas como vanguardistas- que expresan en un trozo de cartón piedra aquella crítica, aquel personaje objeto de la crítica, aquella situación o episodio de la actualidad que merece ser retratado y posteriormente exorcizado a través del fuego.
Una costumbre que, anclada en la era más ancestral de la historia de las Fallas, seguramente tiene mucho que ver con ritos antiguos de limpieza espiritual que saludaban al equinoccio de primavera. No es casual, de hecho, que tal equinoccio se produzca sobre el día 21 de marzo, dos días después de San José.
El pueblo valenciano, siempre muy unido al mar y a la tierra desde tiempos inmemoriales, es uno de los pocos que mantienen estos y otros ritos dignos, sin duda, de algún que otro estudio etnológico, entre sus tradiciones más queridas.
Este año la exposición luce un alto índice de calidad e ingenio en sus ninots, lo que para algunos es símbolo de que algo de verdad hay en eso de que la crisis está pasando y, para otros, simplemente es símbolo de que los fallleros agudizan su ingenio precisamente en los momentos más difíciles.
Fuera como fuere, la de este año ha vuelto a superar de forma increíble todas las expectativas y se llena día tras día de personal para poder votar sus preferidos, un ninot adulto y otro infantil, parra ser salvado de las llamas de la cremà el próximo día 19 de marzo.
Ninots infantiles
