Santo Cáliz

Arranca el Año Jubilar del Santo Cáliz en la Catedral de Valencia

Fotografías: Juan Manuel Ramón y Manolo Guallart

El Año Eucarístico del Santo Cáliz fue solicitado a la Penitenciaría Apostólica por monseñor Carlos Osoro, entonces Arzobispo de Valencia, para que cada cinco años fuese declarado Año Jubilar del Santo Cáliz. La Santa Sede aprobó esta solicitud, que se hizo pública el 28 de septiembre de 2014.

El 6 de agosto de 2015, a petición del actual Arzobispo de Valencia, Cardenal Antonio Cañizares, solicitó la Indulgencia Plenaria para toda persona que participase en el Año Eucarístico del Santo Cáliz, siendo concedida por la Penitenciaría Apostólica.

Así, cada cinco años, la Archidiócesis de Valencia proclama el Año Jubilar que ha comenzado este 25 de octubre de 2020 bajo el lema ‘Cáliz de la Pasión’ y culminará el 28 de octubre de 2021.

Una reliquia única

El calado histórico del considerado como auténtico Santo Cáliz, que se conserva en la capilla del mismo nombre de la Catedral de Valencia, es incuestionable –es de los pocos de su época que se conservan íntegros- y en ese sentido, la arqueología y la tradición judía colocan esta valiosísima pieza en el contexto histórico de la Última Cena del Señor.

Debió utilizarse durante los dos o tres primeros siglos, hasta que fue engarzado en una forma mayor para ser venerado como reliquia y no como vaso litúrgico. Recientemente, ha sido utilizado por los papas san Juan Pablo II (8 de noviembre de 1982) y Benedicto XVI (8 de julio de 2006) en sus respectivas visitas a la ciudad de Valencia.

Llevado a Jaca desde Roma, según la tradición aragonesa, en el siglo III por el diácono Lorenzo a petición del papa San Sixto II, el Santo Cáliz permaneció oculto para luego protagonizar un auténtico peregrinaje por el Reino de Aragón y, finalmente, llegar a Valencia en 1424.

La Catedral de Valencia lo ha custodiado desde que Alfonso el Magnánimo lo trajera a la capital del Turia aquel año como agradecimiento a la ayuda que el Reino de Valencia le había prestado en sus campañas militares por el Mediterráneo.

En 1744, durante un oficio de la Semana Santa, cayó accidentalmente al suelo partiéndose en dos. El mismo día fue restaurado por el maestro platero Luis Vicent y de esta fractura sólo quedan dos pequeñas grietas.

La reliquia ya no se ha movido de Valencia desde entonces, salvo durante la guerra contra las tropas napoleónicas y durante la Guerra Civil Española, periodos en los que fue trasladado varias veces para evitar su destrucción.

Apertura del Año Jubilar

La apertura del Año Jubilar se celebró el domingo 25 de octubre en la Catedral de Valencia y comenzó con una procesión hasta la Capilla del Santo Cáliz, que según la tradición fue el utilizado por Jesucristo en la Última Cena, y ha sido llevado hasta el altar mayor, donde ha permanecido durante toda la eucaristía, concelebrada por los obispos auxiliares de Valencia, monseñores Esteban Escudero y Vicente Juan, así como el obispo emérito de Lleida, Juan Piris.

Tras la apertura del Año Santo los fieles pueden acudir a la Seo a ganar el jubileo, cumpliendo las condiciones habituales, de manera individual pero no en grupos de peregrinos, por la reducción de aforos y medidas de seguridad establecidas por la pandemia del Covid-19. Igualmente, las misas del peregrino para obtener la indulgencia se celebrarán en la Catedral los domingos a las 12 horas y los jueves a las 20 horas.

El Año Jubilar Eucarístico del Santo Cáliz tiene lugar en Valencia por un privilegio concedido por la Santa Sede que permite su celebración cada cinco años. En 2015 se celebró bajo el lema “Cáliz de la Misericordia” y en este 2020-2021 es “Cáliz de la Pasión”.

Un año que va a permitir “profundizar y arraigar más en el corazón de los valencianos el misterio de la Eucaristía y a cumplir lo que el Señor nos manda como núcleo y centro de la vida cristiana: amar a Dios de todo corazón y al prójimo como a nosotros mismo” y ha añadido que “ahí está nuestra esperanza, la esperanza para el mundo entero”.

Además, el Arzobispo invitó a todos los fieles a peregrinar a la capilla del Santo Cáliz en esta Catedral y compartir las celebraciones en torno al Cáliz de la Pasión, especialmente en este tiempo de pandemia, recordando «los sufrimientos que Jesús asumió en su pasión, porque nos amaba y con los que nos ofreció su amor y esperanza”.

Igualmente, el Cardenal recordó que, junto al Santo Cáliz, la catedral de Valencia custodia otras reliquias relacionadas con la Pasión de Cristo, como la Santa Espina de la corona de Jesús y el Lignum Crucis o la Vera Cruz “uno de los trozos más grandes que se conserva”, así como una pequeña reliquia de la esponja que dio de beber a Cristo, que, junto a otras, permanecerán expuestas en la capilla de San Pedro de la Seo.

Misa de la fiesta anual del Santo Cáliz, segundo acto del Año Jubilar

La misa de la fiesta anual del Santo Cáliz tuvo lugar en la tarde del jueves 29 de octubre en la Catedral de Valencia. En el transcurso de esta misa, el cardenal Cañizares señaló que “la cultura de la Eucaristía promueve la cultura del diálogo y en ella se encuentra la fuerza y alimento” y animó a los cristianos a “un compromiso para dar más fuertemente testimonio de Dios en el mundo en este Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Pasión”.

Este Año Jubilar quinquenal, inaugurado el pasado domingo, “es también un tiempo para que las comunidades diocesanas y parroquiales se comprometan a afrontar con generosidad los dramas y pobrezas de este mundo: el del hambre que atormenta a millones de seres humanos; la situación dramática y dura del COVID-19; las enfermedades que afligen a los países en desarrollo; la soledad de los ancianos; la desazón de los parados y de los inmigrantes”, subrayó el Arzobispo.

La misa de la fiesta anual comenzó con la procesión por el interior de la Seo con el Santo Cáliz, desde su Capilla hasta el altar mayor, donde permaneció hasta el final de la celebración. Tras impartir el Cardenal la bendición, la reliquia fue devuelta a su Capilla.

Como cada año en la fiesta organizada por la Cofradía del Santo Cáliz, después de la homilía fueron entregadas las réplicas de la reliquia a parroquias y entidades designadas por el Arzobispo que, en esta ocasión, han sido la Orden de Agustinos Recoletos, la Iglesia de la Casa Natalicia de San Vicente Ferrer, en Valencia, y las parroquias Asunción de Nuestra Señora de Museros; San Esteban Protomártir y San Vicente Ferrer, ambas de Valencia; Niño Jesús del Huerto, de la pedanía valenciana de El Palmar; y Santa Catalina Virgen y Mártir, de Senija.

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