La Basílica de la Virgen de los Desamparados acoge la Jornada Mundial del Enfermo y la fiesta de la Virgen de Lourdes
El 11 de febrero, el Arzobispo de Valencia, Cardenal Antonio Cañizares, presidió en la Basílica de la Virgen de los Desamparados una misa por los enfermos y una procesión claustral con cirios encendidos, en la Jornada Mundial del Enfermo y la festividad litúrgica de la Nuestra Señora de Lourdes.
La popular misa de las 10:30 horas retransmitida cada día por la Ocho T.V fue la ventana digital que permitió que miles de personas enfermas y devotos de la Virgen de Lourdes pudieran seguir una eucaristía histórica, ya que era la primera vez que una imagen de Nuestra Señora de Lourdes estaba ubicada en el presbiterio de la Basílica a los pies de la Virgen de los Desamparados para presidir conjuntamente ambas advocaciones.
En el templo, con aforo restringido y medidas de seguridad, se cumplió el protocolo sanitario dictado por la actual pandemia con la colaboración de voluntarios en las puerta y en el interior de la Basílica. Entre los fieles asistentes hubo una reducida representación de la Hospitalidad Valencia y del personal sanitario que habitualmente colabora en las peregrinaciones al santuario de Lourdes (Francia).
Fue concelebrada por el Obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros; el consiliario de la Hospitalidad Valenciana de Nuestra Señora de Lourdes, Juan Antonio Navarro, y el Delegado episcopal de la Pastoral de Enfermos y Mayores, Luis Sánchez.
Dada la situación de pandemia, la Hospitalidad Valenciana de Nuestra Señora de Lourdes y la Delegación diocesana de Pastoral de los Enfermos y Mayores de la diócesis de Valencia decidieron suspender este año la tradicional Misa de los Enfermos y procesión de antorchas con los enfermos, que cada año organizan en la Catedral de Valencia, trasladando la celebración a un lugar tan especial y significativo como la Basílica de la Virgen de los Desamparados.
En un momento previo, la presidenta de la Hospitalidad Valencia introdujo la celebración, destacando la oportunidad de realizarla en el principal santuario mariano de Valencia y con la providencial cobertura televisiva.
El Cardenal Cañizares expresó en su homilía que «en la forma de tratar la enfermedad y el sufrimiento a veces se percibe una carencia de humanidad» y que por ello es importante “el modo de acercarse y cuidar a las personas enfermas” que son los que “en gran medida llevan la Iglesia, porque están unidos singularmente a la Cruz de Cristo” y constituyen “el testimonio más elocuente del amor de Dios”.
Antes de concluir la misa tuvo lugar una “procesión de las antorchas” claustral, con la imagen de Nuestra Señora de Lourdes por el interior de la Basílica mientras que los fieles cantan el Ave María de Lourdes, teniendo en sus manos cirios (como los de las peregrinaciones) encendidos, recordando la tradicional procesión vespertina que se celebra cada año en la Catedral, suspendida a causa de la pandemia.
Para evitar todo posible contagio, al término de esta procesión los fieles apagaron sus cirios introduciéndolos en vasos con agua -que les fueron entregas con las velas- y no soplando las candelas como era costumbre, evitando quitarse las mascarillas.
La Jornada Mundial del Enfermo
Este año es la 29ª edición de la celebración Jornada Mundial del Enfermo, cuyo lema es «Cuidémonos mutuamente”.
Como señala el Papa Francisco en el mensaje que ha escrito para esta jornada, “un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades”.
El Cardenal Cañizares expresó en la misa que “Jesús dirige una invitación a los enfermos, que saben que dependen completamente de Dios y necesitan ser curados, aliviados al menos y siempre cuidados”, recordando que “Jesucristo -a quien sufre angustia por su dolor- ofrece su misericordia, compañía, su cuidado, es decir, su persona salvadora”.
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