Gastronomía

El encanto de los almendros en flor por tierras de Casinos y Alcublas

Fotografías: Félix Perona y Manolo Guallart

Más allá de las condiciones del clima o de las distintas variedades, la floración de los almendros ocurre alrededor de los meses de febrero y marzo. Así, en la mayoría de las regiones productoras de almendras de la geografía española, se puede llegar a ver cada año almendros en flor a principios del mes de febrero.

Valencia, Fiesta y Tradición ha querido en esta ocasión vivir en primera persona el origen de la gran fiesta del turrón (Feria del Dulce Artesano, Peladillas y Turrones) que da prestigio internacional al pueblo de Casinos cada mes de diciembre. VER http://valenciafiestaytradicion.com/2015/11/30/1856/

La mejor referencia siempre es José Murgui, cronista oficial de Casinos, que en sus escritos nombra una «Ruta de almendros en flor», similar a las que hay en otras zonas geográficas españolas a las que nada tiene que envidiar.

Almendros en flor con Casinos en el horizonte

Una experiencia fotográfica, con la naturaleza y la tradición como meta, que realizamos Félix Perona y Manolo Guallart. Un recorrido por campos y caminos, con las constantes paradas necesarias desde la mismísima salida de Casinos por la pista del Camino del Arzobispo.

Numerosos detalles de impacto visual ante nuestros objetivos, captando encuadres con entusiasmo,  variedad de colores entre blancos, verdes y rosados, flor de almendro junto al camino surcado por ciclistas y transeúntes. Buena temperatura y cielo azul, como reservado para esta jornada de ensueño.

Casinos, tierra de almendros

Murgui nos llevó durante tres kilómetros entre Casinos y el Mas de Carlos, entre máquinas rurales junto a vastos campos de almendros. Luego el altillo del camino de «Murgui», contemplando el pueblo a lo lejos. Su relato personal permitió visualizar en conjunto desde el Poblado Ibérico de la «Cova Foradà» hasta la novedosa escalinata «por la que baja fresca y cantarina el agua del Pantano de Benagéber que riega nuestros campos», mostrando ese orgulloso sentimiento por la propia tierra.

Resultó obligatorio fotografiar  la «Mangrana», una pequeña casita de puertas tapiadas y un reloj de sol en la pared en medio de tierras sin árboles cercanos, citando entre sus recuerdos al dramaturgo Francisco Ors. Surgen así las historias de pueblo que no pueden faltar cuando quien guía es un amable cronista.

En estas tierras con encanto, los campos de naranjos contrastan con los almendros, que muestran sus características, algunos árboles desnudos de flor, la mayoría -en cambio- rebosantes. Es momento de acercar la cámara e inmortalizar sépalos y pétalos con alguna abeja melífera que rebusca entre las flores su alimento, ese polen que extrae junto con el néctar de la flor. También merece la pena recrearse en sus tonalidades y precisar algún contraluz para consumar la esencia de cada encuadre singular.

Desde allí seguimos por la partida de «Sant Josep» pasando por la Casa del Campo y las Bodegas, siguiendo la carretera de Alcublas en dirección a los Molinos de viento. Una maravillosas vista  de los campos que envuelven las llanuras, con el rosado de los almendros en flor como marca distintiva en el paisaje.

Llegando a Alcublas

El camino hacia los molinos

José Murgui nos explicó que los Molinos – ubicados en la cima de una colina – están datados en el siglo XVII y son una auténtica obra de ingeniería civil. En el entorno -ilustraba Murgui- puede «sentirse el olor del pino carrasco, de la sabina negra, del enebro o de la ajedrea, al igual que empieza a verse crecer el espliego o el tomillo real».

Molinos de viento del siglo XVII sobre una colina que domina Alcublas

Una vista increíble desde el mirador, con dos molinos de gran tamaño, recompensa la subida en coche disfrutando de almendros en flor a ambos lados del camino de tierra, con varias paradas ya en la bajada. Los bancales y terraplenes marcan el terreno de campos de almendros que permiten nuevas tomas para configurar un álbum fotográfico digno de una gran jornada.

Alcublas, desde los molinos

Más allá de la pandemia y la situación sanitaria actual, esta excursión por Casinos y Alcublas – con la mayor prudencia y siguiendo los protocolos necesarios- queda para la posteridad porque las imágenes lo dicen todo: el aroma de las flores, la naturaleza viva de esta zona privilegiada del Camp de Túria; el invierno presto a terminar, la primavera cercana y ya en marcha el proceso que llevará a las almendras a endulzar paladares exigentes en forma de peladillas y otros manjares artesanos que dan renombre a Casinos.

Nuestro agradecimiento a José Murgui por su cordial acogida.

VISITA AQUÍ EL REPORTAJE FOTOGRÁFICO

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