Buñol vuelve a terminar agosto con el júbilo y el color de su 75ª Tomatina
Fotos: Javier Furió y Félix Perona.- En Buñol este 31 de agosto no sonaban las 12 campanadas del mediodía. En su lugar, una carcasa marcaba el inicio de la batalla ‘pacífica’ más famosa del mundo, la Tomatina.
Para amenizar la espera, en la abarrotada plaza del pueblo se celebraba en los momentos previos el juego palo de jabón, en el que los participantes intentaban trepar por un palo enjabonado para hacerse con el jabón que lo coronaba. Ya un clásico de la pre Tomatina.
Poco antes, el conocido humorista Raúl Antón ejercía de pregonero, algo que ocurría en la Tomatina por primera vez, alzando aún si cabe un punto más el júbilo del público que, venido de todo el planeta, se agolpaba en las calles más céntricas de la localidad para recibir a los camiones que, poco a poco, iban llenándolo todo de color rojo. El cómico valenciano, una persona «gamberra que lleva la fiesta dentro» según María Vallés, concejala de Turismo y Tomatina, que encarna el «perfil ideal» para dar el discurso previo a la batalla de tomates.
No ha sido la edición más multitudinaria, como ya avisaba la concejala, pero ese detalle ha podido contribuir sin duda a lograr una mayor seguridad para los participantes, que no han llegado a completar el aforo de 20.000 personas. Ciertamente hay que felicitar al dispositivo de seguridad de la Tomatina de este año porque todo ha fluído con alegría, color y júbilo sin sobresaltos ni incidencias.
Lo que no ha fallado es la puesta en liza de 130 toneladas de tomates, que han volado con la misma fuerza e intensidad en una edición que ha querido hacer un guiño a los inicios de la Tomatina. Una vez más, la organización de La Tomatina ha echado el resto completando la oferta de ocio, actividades varias y atenciones para con los visitantes, así como una destacable incorporación de las nuevas tecnologías… Ni una palabra más. Las imágenes hablan por sí solas.